Horoscopo Geminis. (Los gemelos).
La interpretación mitológica de este signo, se simboliza la acendrada amistad, la unión armónica de dos naturalezas o caracteres, resulta muy dudosa con respecto a los pueblos de Caldera, debido a que, en un principio, se le presentó a dos maneras: como un montón de ramas o como dos niños encarados. Para algunos historiadores, sin embargo, dicha representación zen parienta con los hijos gemelos de algún rey de Babilonia, cuyo trono heredaron y gobernaron de una forma conjunta, hecho que, de todas formas, pertenece al dominio de la leyenda. Parece mucho más razonable la tradición que pretende asimilarlo en la entrañable amistad existente entre los héroes Gilgamesh y Enkidu, de la mitología mesopotámico. Por otra parte, no cabe duda de que, ya en el terreno de la mitología griega, los mencionados gemelos se transformaron en Castor y Polux, nacidos de la esposa del rey de Esparta, Leda, como consecuencia de su unión con Zeus (Júpiter), quien adoptó la forma de un cisne para fecundarla. Es proverbial la amistad que siempre existió entre estos dos hermanos míticos, simbólicos de la doble personalidad armónica que se atribuye a los nativos de este signo.
Para los egipcios (nada que ver con el tarot egipcio ) géminis representaba a Horus y Harpocrates, el dios halcón, hijo de la diosa Isis, mientras que para los hebreos era una misteriosa puerta de doble hoja: la del cielo. La que separa el mundo de la luz de las tinieblas, el bien del mal que anida en el hombre, la de la doble personalidad de los nativos de este signo, Digamos, por último, que Géminis simbolizan la comunicación, el movimiento, la contabilidad, la sensibilidad, la repetición, la imitación y la duplicidad. Bajo malos aspectos confiere intranquilidad, alteraciones, hipocresía, ruptura, división y contradicción.
PERSONALIDAD Y CARACTER:
Géminis, lleno de contrastes, está dominado por Mercurio, planeta de la inteligencia y del espíritu, circunstancia ésta que muy probablemente condiciona el carácter inasequible de los que nacen bajo su influencia y que, además, plantea una doble e importante cuestión: ¿Son dichosos los Géminis? ¿Se es feliz con ellos?
La dificultad de tales interrogantes se ve aumentada por el hecho de que, para darles una adecuada respuesta, se necesitaría definir con exactitud al ser que los origina, penetrando en su naturaleza cautivadora y en su violento temperamento para comprender a fondo sus imprevisibles reacciones.
Sin embargo, la ambigüedad de su naturaleza es la que precisamente les proporciona a los nativos de este signo el encanto que los caracteriza y los convierte en lo que son, personajes que tan pronto se manifiestan de una manera como de otra sin explicación aparente, sumiendo con ello en un mar de incertidumbres a quienes les aprecian.
El Géminis es sutil, astuto, sagaz, elocuente y convincente. Empujado por sus inconscientes impulsos, va y viene sin entretenerse demasiado. Por ello le falta profundidad y es incapaz de un esfuerzo largamente sostenido, aun cuando posea una memoria prodigiosa y aprenda con rapidez cualquier tipo de disciplina. En el fondo, digámoslo en su honor, es honesto y sincero, aunque a veces produce la impresión de que actúa con engaño, de que exagera y falsea todo aquello que hace.
En el terreno de lo positivo, apuntemos sus virtudes más destacadas, que son el buen razonamiento y el optimismo. Su aire de juventud, su cuerpo de eterno adolescente, su altura y delgadez le permiten casi siempre disimular algunos años. Ello no le impide, sino, muy al contrario, una cierta informalidad en sus relaciones amorosas. En política son teóricos o propagandistas.
Los rasgos más desfavorables e inarmónicos de los nacidos en Géminis son la inconstancia y la dificultad para concentrarse. Egoístas, superficiales, arrogantes, nerviosos, calculadores, vanos y olvidadizos. No se puede contar con ellos para un trabajo ordenado y meticuloso.
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